LONDRES, Reino Unido.- La destrucción generalizada de infraestructura en Gaza ha puesto a pensar a expertos jurídicos internacionales en el uso de un concepto usado en el mundo académico y en las discusiones de política internacional, pero que no está identificado como un crimen de lesa humanidad según el derecho internacional.
Se trata del concepto de “domicidio” -la destrucción masiva de viviendas para hacer el territorio inhabitable- según lo expone el edityor plantea Patrick Wintour, editor diplomático, del diario inglés “The Guardian”, en un análisis publicado esta semana.
La destrucción de Alepo en la guerra civil siria, el arrasamiento de campamentos rohingya en Myanmar y la destrucción de Mariupol en Ucrania atrayeron atención sobre el tema.
Franja de Gaza: la Unión Europea pidió reanudar las pausas humanitariasAunque Gaza fue dañada en conflictos anteriores y reconstruida, en gran medida con dinero de Estados del Golfo, la escala actual de la devastación “es de un orden diferente”, afirma Wintour.
En esta guerra, lanzada después del ataque de Hamas del 7 de octubre al sur de Israel, expertos independientes estiman que hasta el 40% de las viviendas en Gaza fueron dañadas o destruidas. Naciones Unidas asegura que 1,8 millones de personas están desplazadas internamente dentro de Gaza, muchas de las cuales viven en refugios superpoblados de la ONU en el sur.
“Lo que está en discusión -plantea Wintour- es si la magnitud del daño a la infraestructura es un subproducto de la búsqueda de Hamas o parte de un plan sistemático para expulsar a los palestinos de Gaza, y borrar la posibilidad de que Gaza se convierta en una sociedad semiviable en el futuro previsible”.
Guerra en la Franja de Gaza: después del bombardeo, buscan reanudar la treguaHugh Lovatt, del Consejo Europeo de Relaciones Exteriores, sugirió que Israel estaba “destruyendo deliberada y metódicamente las instituciones civiles y la infraestructura que serán necesarias para gobernar y estabilizar Gaza después del conflicto”.
Algunos líderes israelíes lo confirman, como Giora Eiland, ex jefe del Consejo de Seguridad Nacional israelí, que escribió en el periódico “Yedioth Ahronoth”: “El Estado de Israel no tiene más opción que convertir Gaza en un lugar en el que sea temporal o permanentemente imposible vivir. La crisis humanitaria en Gaza es un medio necesario para lograr el objetivo... Gaza se convertirá en un lugar donde ningún ser humano podrá existir”.
Balakrishnan Rajagopal, relator especial de la ONU sobre el derecho a la vivienda presentó un informe a la ONU, en octubre del año pasado, en el que dice que falta llenar una brecha de protección muy importante en el derecho internacional. La protección de hogares civiles está cubierta por el Estatuto de Roma, instrumento de la Corte Penal Internacional sobre los crímenes de guerra en conflictos entre Estados. Pero no figura entre los crímenes contra la humanidad que podrían ocurrir en un conflicto dentro de un Estado o que involucra a actores no estatales.
En esa línea de argumentación, el relator de la ONU señala que Israel se escuda en que no es un conflicto armado internacional porque no reconoce a Palestina como Estado. Pero lo cierto, sostiene, es que la mayoría de los conflictos con más muertos desde la Segunda Guerra Mundial fueron conflictos armados no internacionales. La guerra entre Rusia y Ucrania es una excepción, no la regla, afirma.
Un vacío jurídico similar en relación con el hambre encontró una manera de abordaje, explica: “El Estatuto de Roma había catalogado el hambre como un crimen de guerra pero no como un crimen contra la humanidad, eximiendo así a los actores no estatales. Suiza presionó para enmendar el Estatuto y para convertir el hambre en un crimen contra la humanidad, finalmente implementado en 2022”.